Es un impulso creador que se puede entender como la “cosa en sí misma”.

Supone esto la capacidad de re-crear la experiencia inicial del desamparo. JUGUEMOS EN EL BOSQUE Grado. —Me estoy poniendo el sombrero (el niño que hace de lobo simula que se está poniendo el sombrero). Así como se usa en los niños títeres y juguetes como elementos intermediarios que representan a su yo y que permite desnudar sus conflictos, en los adultos el relato de películas, obras de teatro, chistes o incluso sus propias producciones artísticas pueden revelar cuál es su núcleo conflictivo más allá del alcance de su conciencia. La mayoría de ellas provienen de tiempos inmemoriales y han adoptado pequeñas variantes idiomáticas y locales. Y por último, otros siguen prisioneros del trauma, repitiéndolo monótonamente. Ya en 1908 expresa que todo niño, al jugar, se conduce como un escritor puesto que crea un mundo a su antojo. La zona informe, de descanso, el garabato, el juego son equivalentes para el sujeto al entrar en el sueño.

Interpretar esto ¿no es echar mano al mismo recurso que el chiste? Allí el bebe experimenta el vivir creador junto con la diferenciación “yo - no yo”. ¡Qué lindo es recordar y mantener vivos estos juegos que tanta alegría y emoción nos brindaron cuando éramos niños! Juguemos en el bosque mientras el lobo no está es un juego tradicional muy divertido que con seguridad habrán jugado los padres y los abuelos de los chicos cuando eran pequeños. Hay hombres que pese a sus dotes no logran producir y que tampoco consiguen librarse de lo que fue precozmente una realidad destructora para ellos. Facebook. Ekaré. GUSTAVO PUERTA LEISSE - 26 febrero, 2004. No podríamos no ver el nexo que une a estos juegos, no podemos negarnos a comprobar que el texto que surge, que se teje, es de la misma naturaleza. Juguemos en el bosque mientras el lobo no está. Me pregunto ¿qué se habra modificado en la escritura antes y después de este episodio?

La polisemia del lenguaje, su capacidad para el doble sentido y la ambigüedad, su disposición para el cambio brusco del plano semántico constituyen mecanismos y movimientos conocidos desde la antigüedad y reencontrados en el corazón del psicoanálisis.

Una de las rondas infantiles más conocidas y populares entre los niños es Juguemos en el bosque.Esta canción para niños se ha convertido en un clásico de la música infantil. Freud en su autobiografía califica el reino de la imaginación como una reserva, creada durante el doloroso pasaje del principio de placer al principio de realidad, para proporcionar un sustituto de satisfacciones pulsionales a las que se tuvo que renunciar en la vida real. Este devenir paradojal entre la omnipotencia del primer objeto (que fue creado mágicamente por el bebe ) y el otro, que es en realidad su creador, va ir cediendo hacia la instalación de un “espacio de ilusion –desilusion” que separa y une a la vez. Intentaré realizar algunas puntuaciones que giren en torno a la noción de creatividad en Freud, pero solamente para diferenciar el mismo término desde la teoría de Winnicott. Es sinónimo de actividad, de motricidad y constituye la fuerza que va hacia el encuentro con el objeto. La sublimación para este autor depende de un momento posterior al del gesto espontáneo, es un mecanismo del yo, de desvío ,de rodeo que va a depender de la organizacion de defensas mas complejas. Luces y sombras en la subjetividad, Juguemos en el bosque que el lobo no está. Como jugar al ritmo de “Juguemos en el bosque” Este es un juego que se puede hacer tanto con música como sin ella, pues de todas maneras los niños van a cantar. Por ejemplo ¿porqué esos ojos tan grandes ? Y si el chiste es una manera espontánea de burlar la represión ¿porqué una interpretación no puede ser, en algunas ocasiones un chiste, o un chiste funcionar algunas veces como interpretación? La paradoja consiste en que realmente dicho objeto fue puesto allí por un “otro”. —Me estoy poniendo la camisa (el niño que hace de lobo simula que se está poniendo la camisa). Más tarde en el juego o los cuentos será ese espacio irrepetible donde no se pregunta “esto es” o “vos lo hiciste”, directamente “se dice” o mejor “se hace” el “dale que…” Recordé que me invitaron a pensar en ciertos términos; creatividad, sublimación y elaboración, alrededor de la teoría de Winnicott. En las canciones infantiles pervive la voz de la tradición oral. Canciones Para Niños. A la pregunta acerca de cómo se origina el impulso creador, responde nuestro autor que quien lo crea, es en sus orígenes el bebé. Como acertada metáfora del tesoro común que compartimos todos los pueblos iberoamericanos, las ilustraciones de Juguemos en el bosque fueron realizadas por una mexicana (Mónica Berga), publicadas por una editorial venezolana (Ekaré) y ahora se encuen- tran, por fin, al alcance de los niños españoles. Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Algo que nuestro autor denominaría, “el tener desde el comienzo algo que empujar” y no un “objeto consuelo”. Lo primero que deben hacer es tomarse de las manos y formar un círculo, mientras uno de ellos permanece fuera y va a esconderse. Sin el rodeo significante de que el lobo se esta poniendo las medias, la pregunta ¿lobo estas? Lo podemos pensar desde la condición de terceridad como rasgo imprescindible en la creatividad.

Es esta parte de juego o creatividad la condición de verdad de un sujeto. Otros logran transponer el terror en creación merced a un deseo de reparación. Lo ideal es que jueguen en un grupo de mínimo cuatro o cinco personitas.

A Winnicott le corresponde el mérito de haber profundizado la noción de creatividad ligada a experiencia cultural.

Creo que la intención de Winnicott al pensar en la creatividad como cura nos hace caer en la cuenta que vivimos en ese tercer espacio y no en otro lado. Si el fort-da hace desaparecer con júbilo, en el movimiento del carretel, aquello que se perdió, logrando recrear la ausencia, pasemos ahora a pensar la paradoja que nos propone Winnicott como fundante del juego y de la elaboración de lo traumático.